domingo, 22 de abril de 2012



LA CASA DE ADUANAS DE RUMICHACA, LADO COLOMBIANO
J. Mauricio Chaves Bustos
Escritor - Investigador


En 1932 se inauguró el Edificio de la Aduana Nacional en el puente de Rumichaca, siendo el administrador de aduanas de entonces el Sr. Paulo Emilio Padilla y Alcalde de la ciudad el Sr. Joaquín Revelo, quienes promovieron la construcción de aquel bello y romántico edificio que muchos nos dimos el placer de pasar cuando viajábamos hacia el Ecuador y que ahora ha sido recuperada, después de décadas de descuido y abandono. Los datos recogidos el periódico El Derecho de Pasto son los siguientes:

Inaugurada la Casa de Aduana en Rumichaca, que regenta el Administrador de Aduanas Pablo Emilio Padilla. Se inicio la construcción el 1º de julio de 1931, bajo la dirección de ingeniero bogotano José Francisco Cortes. El 25 de diciembre del mismo año se dio al servicio el edificio. El Ingeniero Mecánico Willy Fleischman, encargado del montaje del servicio higiénico, cuya obra finalizo el día sábado 30 de abril de 1932. El montaje para el servicio de agua esta dotado así: Un motor de 2 caballos de fuerza, marca Deutzz, aleman de 1ª clase; una bomba de la misma marca y un dinamo de corriente continua de 110 voltios, 400 watios, 1.100 R.P.M., con su respectivo tablero y demas accesorios. Con este dinamo se puede dar un correcto servicio de luz para el edificio.

La casa vale 6.000 pesos oro (1931); sus cimientos son de piedra y cal, los muros de ladrillo y solo para las divisiones se ha utilizado el ladrillo crudo. El edificio tiene 4 salones creados para su objeto en el 2º piso; en el piso bajo esta el servicio sanitario, aparentemente para cocina y comedor, un salón de recibo y un pórtico.

El hermoso edificio de la Aduana fue posible gracias a la intervención acuciosa ante las entidades nacionales del alcalde de entonces, Sr. Joaquín Revelo, quien, por demás, fue miembro de numerosas fundaciones culturales y sociales, como la del Carácter, Caro, la Lírico Musical Bolívar, y quien como Alcalde municipal o como Secretario de Hacienda del Departamento siempre buscó el progreso de su ciudad nativa, Ipiales.
Muchos años después, vuelve a ser recuperada para beneficio de la cultura del Sur occidente colombiano, armonizando de esta manera con la recuperación que hiciera el Ecuador del también hermoso edificio de la Aduana. Un museo que contenga piezas representativas de nuestra cultura y de nuestra historia, elementos que hablen de nuestra identidad, un auditorio donde todos tengamos oportunidad de departir nuestros saberes, nuestras artes, nuestras creaciones, pero por sobre todo un espacio que manifieste abiertamente los lazos de hermandad que existieron, existen y existirán entre Colombia y Ecuador, ese viejo puente, testigo no mudo, sino manifiesto en su fuerza consustancial, del arribo del Inca a nuestras tierras, pero también de la resistencia y coraje de nuestros ancestros Pastos, el Rumichaca, nuestro viejo puente de piedra, que no separa sino que une a un mismo pueblo que se resiste a sobrepasar sus diferencias por encima de todo aquello que nos une. Solo resta quitar la vieja verja que impide la locomoción, no tanto física, como si la espiritual entre un pueblo consustancialmente unido, como lo sentimos y lo expresamos quienes hemos nacido en tierra de los Pastos.
En hora buena por las entidades municipales y por todas aquellas personas que ofrecieron sus esfuerzos, empeños y trabajos por el rescate del bello edificio, pero por sobre todo por los pueblos de Nariño y el Carchi, que nuevamente cruzan el puente ancestral para estrechar manos, conscientes de que únicamente la unión hará posible superar todas las dificultades que se nos quieren imponer desde lejos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario